La entrada de hoy puede resultar un poco confusa. Más que nada, porque no propone ningún tratamiento ni remedio para nuestro cuerpo humano. En realidad, descontextualiza algo que se usa para el cuerpo pero llevándolo a otro ámbito. Hablo de cómo mantener los armarios y los cajones con un olor agradable.
El problema de eso de los olores agradables es doble: o es superintenso y nos huele la ropa a los ambientadorcitos. O no dura ni un suspirín. No tiene un término medio. A mí no me gustan las pinzas, ni los sprays, ni similares que se puedan rozar con la ropa. Así que he recuperado un antiguo recurso de mi abuela para que los armarios olieran bien: las pastillas de jabón.
Con una pastilla de jabón abierta, sin el envoltorio, dentro de un armario o de un cajón, nos aseguramos un olor muy suave durante mucho tiempo. Es magnífico sobre todo en el armario de la ropa blanca. Y si además escogemos una fragancia que nos encante, aún mejor. La mía es White Jasmine de los jabones de Zara Home, que me encantan.
Pero si os va la lavanda, no dejéis de recuperar el mítico Lavanda Puig. Es adictivo.
Lo encontrarás en los jabones de Zara Home tienen un precio de unos 3 euros.