Desde la barrera

Os he hablado una y mil veces del sentido de este blog. Aún así, lo haré una vez más: se trata de un intento de rentabilizar al máximo nuestro armario, por muy exiguos que sean nuestros recursos. De modo que por muy extraordinaria que sea la situación que se nos presente, encontremos una solución adecuada sin tener que adquirir ninguna prenda que lo engrose innecesariamente. Los más problemáticos son esos compromisos ocasionales a los que no estamos acostumbradas. Como por ejemplo que nos inviten a un desfile de moda. Es lo mismo que sea un desfile de fin de curso en una escuela de moda o que forme parte de un circuito de los importantes. Así que veremos cómo salir airosa, utilizando nuestros recursos, para acudir a un desfile de moda, que se celebre durante el día.Que nos inviten a un desfile no significa salir corriendo en busca de un vestido de autor. Es la ocasión perfecta para lucir elegantemente nuestros fondos de armario, dándonos cuenta de su verdadero valor. Una salida fácil y funcional puede ser un blusón de color blanco combinado con un pantalón pitillo, ultra slim de color negro y unos zapatos bicolor tacón banana y con la punta abierta, como los que proponen Prada, Chloé o Dolce&Gabbana. Para finalizar, un bolso blando de asa corta y tira bandolera como los de Calvin Klein. Lúcelo colgado del codo, en lugar de cruzado. En estos días de primavera con temperaturas locas que no pueden definirse como estables, podemos abrigarnos con una capa en algún color flúor. Si es azul turquesa será estupendo.

En el caso de que el blusón no nos convenza, podemos sustituirlo por una blusa con lazo al cuello y manga sisa. Si el desfile es de noche, atrevernos con unos guantes mini de piel nos dará un toque muy chic.

Un toque discreto de elegancia será nuestro mejor aliado. No es obligatorio llamar la atención ya que el colorido, la originalidad y el espectáculo lo ponen en la pasarela. Nosotros sólo tenemos que sentarnos a disfrutar y tomar nota.

Seguid tan guapas.No se te ocurra: el total look de marcas. Ir como un maniquí de tienda multimarca sólo queda bien en el escaparate de dicha tienda. Mezcla. Y sobre todo, hazte con un bolso, zapatos o abrigo que destaque.
Colocarte miles de accesorios y prendas llamativas variadas. La elegancia aumenta de manera proporcional a la sencillez. Es mejor que tus medias llamen la atención, o tus guantes, o tu bolso, o tu corte de pelo. Pero todo a la vez construirá un complicado jeroglífico.
Llamar la atención. Bien por falta de saber estar, bien por un vestir inadecuado. Que al mirarnos al espejo nos veamos muy sencillas no es nada malo. Y cuando hablo de sencillez, me refiero tanto a que no nos recarguemos como a que sigamos nuestro estilo habitual. Es decir, que si nos encantan los colores y habitualmente los llevamos, no tenemos por qué dejar de hacerlo. No es momento para pruebas a las que no estemos acostumbradas.
Imitar. No es momento para jugar a las revistas y querer ser Laura Ponte. Sólo hay una. Nosotras también somos únicas, y nuestro estilo es inimitable. Así que seamos consecuentes y sigámoslo. No es momento de experimentar. Si de algo entiende la gente de pasarela es de estilo. Te mirarán a ti en conjunto, y de nada servirá el modelito copiado o el catálogo de marcas que lleves puesto.

Lo encontrarás en: el blusón es de Comptoir des Cotonniers. Los zapatos, de Zara.

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