De ayer

Una boda es una lata. Sí, nos lo pasamos muy bien, es emocionante ver a gente que queremos o apreciamos en un día tan especial y volver a encontrarnos con personas que hacía tiempo que no veíamos. Muy interesante todo. Pero también están las partes negativas (sí, las económicas) pero además las estilísticas. Un aburrimiento decidir qué llevar. Pero si el asunto se complica y la boda exige un código de vestimenta inspirado en los años 40… Así se encuentra Anae. Con una boda de estas características este verano. Vamos a intentar encontrar un look adecuado estilo años 40 y de boda.

Tanto si nos invitan con esta premisa como si nos apetece simplemente inspirarnos en esta época, vamos a ver en primer lugar las pautas esenciales para conseguirlo:

  • Los años 40 se caracterizan por la sensualidad de la mujer. Tanto contenida como manifestada de manera abierta como hacían las pin-up. Con ello, el maquillaje y el peinado han de cuidarse en extremo para lograr el efecto deseado. El maquillaje dejará una tez muy limpia y luminosa, resaltando las pestañas, los pómulos sonrosados y labios en rojos o cerezas. El cabello por su parte irá o recogido en moños altos o en ondas. Diademas de lazo, grandes horquillas de bisutería y tocados son indispensables para cerrar con éxito.
  • En cuanto a la ropa, las prendas destacan por ser estructuradas, marcando la cintura. Bien largas o cortas serán sumamente femeninas. El calzado exige zapato de talonera abierta o peep toe con lazada y plataforma delantera. La opción que presenta Vistiendo a Candela de Chie Mihara es maravillosa. Además, disponen de venta on-line. Por si sucumbís al capricho.

Con esto, veamos opciones:

  1. La boda es de tarde: un vestido largo, de escote pico con los hombros poco marcados. Eso sí, cinturón a la cintura, y valga la redundancia. El zapato alto y una cartera de mano, con anillo en el índice. Cabello recogido en ondas.
  2. La boda es de mañana o no me apetece el largo: un vestido corto, de corte lady y cintura igualmente marcada. Bien con una diadema o un tocado con la melena suelta, bien con una horquilla de bisutería grande con el cabello recogido.
  3. Quiero ser el centro de todas las miradas: un vestido entallado, de falda tubo, con el escote barco, de hombros ligeramente cubiertos. En la parte frontal a la altura del escote la tela compondrá formas, pliegues, que enriquezcan la pieza. En tonos topo, piedra, verdes. Sin olvidar la melena de ondas marcadas y los labios en cereza. Y unos guantes mini de red. Si es de mañana, un casquete será la clave. Si es de noche, las maravillosas horquillas de fiesta de El Jardín de Lulaila.

Un estilo muy favorecedor del que ya han echado mano actrices como Scarlett Johansson en más de una ocasión. No está mal eso de sentirse diva por un día.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: confundir años 40 y pin-ups con un estilo más que poco púdico. Vamos, que no te pases de guarrilla y te plantes un mono de vichy hipershort con escote corazón. Es una boda.
Descontextualizarte y de repente plantarte unos pendientazos rollo flamenca. Que alguien me lo explique.
Desdeñar el vintage. Pasear por una buena tienda de segunda mano o un anticuario puede darte agradables sorpresas.
Unas romanas o unas gladiadoras. ¿De qué años 40 crees que están hablando?
Trencitas alrededor de la cabeza, flores en el pelo o cualquier reminiscencia 60. Que no, que es 40.
Túnicas. Esta década abogaba por una mujer exageradamente femenina. Siempre la cintura marcada.
Corsés. No. Repito: es una boda.

Lo encontrarás en: el primer vestido es de Hoss Intropia. El segundo, de Josep Font y también disponible en Vistiendo a Candela.

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