La clave

Las mallas de toda la vida: eso son los leggings. Pantalones muy elásticos, pegados a la pierna y que están disponibles ya en montones de tejidos aparte de los clásicos algodón y lycra. La mala fama les viene de las tiendas de logo sobre fondo azul y prendas deportivas económicas en las que los comercializan a manos llenas. Pero no confundamos términos. Al César lo que es del César y al gimnasio, ídem.

Para quién sí

· Para todo el mundo siempre y cuando se sepan combinar.

Para quién no

· Si tu fuerte no es la parte inferior de tu cuerpo, úsalos con partes superiores más largas. No lleves nunca el culo al descubierto si no es de lo que más te sientes orgullosa. Piensa que aunque tú no te lo veas, ahí está. Viendo pasar el tiempo.
· Bien combinados dan mucho juego, pero mal llevados… son un arma letal contra el estilo. Y el decoro. Y el sentido común.

El largo

Hasta el inicio del pie. Evita que te quedan extralargos haciendo arrugas a la altura del final del tobillo. De esa forma, acortan estatura.

El dato

Si son de algodón, son informales. Pero si los elegimos en símil piel o en tejidos con más cuerpo, podremos llevarlos con tacón o con botines. Y presta siempre atención: en cuanto estén desgastados o transparentosos, puerta.

La variante

Los jeggings son la variante legging pero el tejido vaquero. Particularmente no me convencen en absoluto. Tampoco me convence la versión en modo bermuda que se denominan ciclistas por la analogía con el pantalón que se usa en este deporte. Hay algún capítulo de la vida moderna que aún no pillo.