Así empezaba el correo de María. Es la boda de su hermano y quiere llevar un conjunto de dos piezas, de falda y top con el que quiere acertar.

El conjunto de María se compone de una falda asimétrica en color púrpura que combinará con un top en color coral (no como el de la imagen). Su duda pasa por qué hacer con los complementos.

Ya que la falda tiene un corte especial, es interesante aprovechar la oportunidad para lucir unos bonitos zapatos. Siempre y cuando no le roben protagonismo al conjunto. En este caso, unos salones con algún detalle diferente o unas sandalias que abrochen al tobillo en el mismo tono que la falda, para crear una uniformidad óptica. De este modo, la cartera de mano será también en el mismo tono que la falda. Y dejaremos el color coral para la parte superior: en los pendientes y si nos apetece en el tocado. Ideal si es una pieza con pluma en vertical y redecilla, en el que predominen los corales. Otros complementos pueden ser un vistoso cinturón ancho dorado o un brazalete dorado. Sin más experimentos. Con el único truco de elegir piezas con un punto especial para mantener la armonía con la ropa.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: experimentar con el colorín. Las líneas de la ropa exigen complementos del mismo estilo. Colorblock preferible al estampado.

Quedarte en el recurso del nude o del negro. Sería como romper la armonía de las prendas.

Abrochar al tobillo, sí. Trepar por la pierna, no. Morir.

Ojo al bolso. Sólo tienen cabida o los clutch o los bolsos de cadena. Los demás, a su casa a dormir.

NO AL CHAL. En este caso, una americana, americana tipo esmoquin, una sencilla chaqueta de punto, una chaqueta de cuello a la caja y manga francesa…  hasta si me apuras, un bolero (pero no hiperpegado al cuerpo, ojo).

Lo encontrarás en: la falda y top de María son de Colour Nude. Los zapatos, de Apologie.

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