¿Cómo me lo pongo?: Prendas de abrigo y bodas

Creo que uno de los quebraderos de cabeza más grandes que acompañan al sobre de invitada a una boda es el de “y ahora qué me pongo a los hombros” o lo que es lo mismo, con qué me abrigo sin que me cargue esta monada de vestido que quiero llevar. Vamos a intentar darle respuesta a esta misma pregunta que se hace Pacha.

Pacha tiene un vestido bicolor, con una parte superior que simula una sobreblusa, en seda color casi champagne. Quiere saber también con qué zapatos combinarlo.

Para la prenda de abrigo, en primer lugar decir que si no hace frío, este vestido permite no llevarla. Al cubrir ya los hombros, no es obligatorio poner nada más sobre ellos. Pero si hiciese frío, las alternativas van desde ponerse una capelina de pelo o pluma de marabú (este vestido también podríamos reciclarlo para bodas de invierno, con unas medias tupidas negras), hasta una chaqueta de corte esmoquin, negra. Otras opciones, son una chaqueta de corte capa o torera, de largo a la cintura. Con cuello a la caja, sin adornos, y manga francesa. También negra. Para que no se vea tan sobrio el conjunto, buscaremos algún broche para colocarle que sirva de nexo con el resto de los complementos.

En cuanto a los zapatos, podemos no complicarnos y tirar de color negro o nude. Tanto en unos bonitos salones como en sandalias. Si nos apetece meter color, desde los empolvados para que no interfieran con la línea del vestido: rosas, azules agua. Hasta los intensos muy oscuros: berenjena, verde musgo.

La cartera de mano, pequeña, tipo clutch. Y en el color de los zapatos elegidos, para cerrar el conjunto.

En cualquier caso, un vestido como éste (tan elegante) no necesita de excesivo colorido. Él mismo funciona. Y aunque en un primer momento pueda parecernos soso no meterle color, suele ser la mejor de las decisiones.

No se te ocurra: plata. Los complementos en plata no funcionan con el vestido. Un contraste poco necesario.

Zapatos recargados. Nada de buscar modelos abotinados, ni que trepen por las piernas. Se cargan la esencia del vestido. Otro asunto, los modelos joya, que esos sí estan permitidos. Una sandalia negra con algún detalle en dorado, puede ser el mejor de los aciertos.

Aunque soy la presidenta del club de fans de las chaquetas de punto como sucesoras del terror de los chales, en este caso, no le pongas una chaqueta de punto. El cuello del vestido la rechazará. Rollo MAL.

Y por supuesto, no al chal. O sea, NO AL CHAL.

Ojito con las medias transparentes. Siempre transparentes. No a las piernas de muñeca. No al efecto Raphael (más morenas unas partes del cuerpo que otras, por obra y gracia de agentes externos). Pero ya sabéis mi opinión: la que pueda, a lucir pierna. Siempre mucho mejor.

Lo encontrarás en: el vestido de Pacha es de Dolores Promesas Heaven. Los zapatos, de Gianvito Rossi.

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