Si recibes una invitación y en ella te dictan un dress code de terminado, hay cumplirlo. O eso, o no ir. No hay más alternativas. Por eso, cuando Mercè recibió la suya en la que le decían que debía ir de largo como invitada de boda, se apresuró a buscar un vestido largo. En este caso, largo y rojo anaranjado. Ahora busca cómo combinarlo.

El vestido es sin mangas, con una bonita espalda cruzada, abertura delantera y entallado al cuerpo. En un favorecedor rojo anaranjado. Para lucirlo:

• Puede aprovechar sus zapatos de charol en nude junto con su cartera de mano también nude con pedrería. A los hombros, y para desendurecer el conjunto, un sencillo kimono de seda, sin flecos. Simplemente estampado con grandes flores en rojo, naranja, verde… sobre una base beige.
  
• Si lo que desea es aprovechar sus peep toe de plataforma delantera y destalonados de color negro, que busque una cartera de mano dorada, tipo cojín. Unos aros desestructurados que irán estupendamente con su melena suelta, y una chaqueta de manga francesa con lentejuelas metálicas.
• Mantener la sencillez absoluta con zapatos y cartera de mano en nude, una simple chaqueta de punto en idéntico color, y apostar por la potencia de una gran corona de flores en rojo, naranja y morado en su melena suelta, que será entonces el centro de atención del conjunto.

Dress code sí, pero siempre sin necesidad de renunciar al estilo propio.

No se te ocurra: ojito a los inventos en materia de calzado. Aléjate lentamente de plataformas imposibles.

Los guantes no le pegan. Nada. O sea, cero

El único chal que te permito es una bonito mantón de Manila. El único. Al resto, muerte en la hoguera. ¡Inquisición!

Estola de visón es un bonito recurrente. Pero nunca si no es invierno. Que luego te preguntarás por qué te salen tantos brillos en la foto.

Lo encontrarás en: el vestido de Mercè es de Warehouse para Zalando. Pendientes de Bimba&Lola y chaqueta, de Zara.

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