Si hay algo que suene a verano es un vestido blanco. Una pieza muy recurrente que puede formar parte de esos uniformes diarios para no tener que pensar mucho. Tanto sirve para ir a trabajar como para pasear, salir, ir a la playa, etc. Y nunca son demasiados. Toma nota de los 6 vestidos blancos maravillosos para ser la reina del verano.
- El mítico de tirantes y con la botonadura cruzada. Lo tienes en Zara, o este aquí. Es favorecedor, estiliza y puedes elegir la versión que más se ajuste a tu cuerpo (más o menos entallado). Ideal para ir arreglada con unas sandalias altas de tacón cuadrado o para ir más informal con unas cuñas de esparto.
- Uno midi de aire romántico. Con algo de manga es perfecto para la noche o para climas más frescos. Fantástico tanto con sandalias planas como con otras de madera o esparto. E ideal con botas cowboy. Lo tienes aquí.
- El estilo wrap. Los vestidos envolventes son muy favorecedores y en versión blanco resultan muy ponibles. Tanto con unas palas cuero o de colores como con unos mules de tacón o unas sandalias que aten al tobillo. Aquí.
- El camisero. Siempre es mi favorito. Con babuchas planas, con mocasines, con botitas cortas, con espartos planas, con deportivas… es un todoterreno muy favorecedor. Lo tienes aquí.
- El origami. Aparentemente sencillo pero con algo que lo hace especial. Lo puedes acoplar a unas sandalias altas o dejarlo con unas cangrejeras planas en metálico. También con botitas cowboy en su versión contraste. Aquí.
- El romántico. Con crochet, con bordados, con vivos… el más ibicenco de todos y que funciona muy bien con colores naturales y tejidos ídem. Los cestos, las planas de cuero, los espartos… y sobre todo, un bonito pañuelo de seda en el pelo, serán sus compañeros ideales. Lo tienes aquí.
No se te ocurra: los vestidos blancos son un poco como sus homónimas camisas. Hay que renovarlos porque en cuanto se empiezan a ver sobaditos ya dan penita por la calle. La buena noticia es que algunos de ellos tienen una segunda juventud en la playa.
De blanco a una boda. Salvo que expresamente lo indiquen los novios, nunca vayas de blanco a una boda.
Tenerle miedo al blanco porque hace más pálida / hace más gorda / se notan los defectos / cualquier otra tontería. El tema está en elegir el que mejor te quede a ti. No el que resalte tus defectos. Y eso pasa con el blanco o con cualquier otro color del arcoiris.
Ponerle un bolso del más cerrado invierno. Los bolsos también cambian de temporada. Así que aprovecha para llevar estampados, telas, antes, sargas, rafias… y di siempre NO al plastiquete cutrete. Aparentones forever.
Lo encontrararás en: en cada punto tienes el link correspondiente.