6 vestidos blancos para brillar en verano

Si hay algo que suene a verano es un vestido blanco. Una pieza muy recurrente que puede formar parte de esos uniformes diarios para no tener que pensar mucho. Tanto sirve para ir a trabajar como para pasear, salir, ir a la playa, etc. Y nunca son demasiados. Toma nota de los 6 vestidos blancos maravillosos para ser la reina del verano.

  1. El mítico de tirantes y con la botonadura cruzada. Lo tienes en Zara, o este aquí. Es favorecedor, estiliza y puedes elegir la versión que más se ajuste a tu cuerpo (más o menos entallado). Ideal para ir arreglada con unas sandalias altas de tacón cuadrado o para ir más informal con unas cuñas de esparto.
  2. Uno midi de aire romántico. Con algo de manga es perfecto para la noche o para climas más frescos. Fantástico tanto con sandalias planas como con otras de madera o esparto. E ideal con botas cowboy. Lo tienes aquí.
  3. El estilo wrap. Los vestidos envolventes son muy favorecedores y en versión blanco resultan muy ponibles. Tanto con unas palas cuero o de colores como con unos mules de tacón o unas sandalias que aten al tobillo. Aquí.
  4. El camisero. Siempre es mi favorito. Con babuchas planas, con mocasines, con botitas cortas, con espartos planas, con deportivas… es un todoterreno muy favorecedor. Lo tienes aquí.
  5. El origami. Aparentemente sencillo pero con algo que lo hace especial. Lo puedes acoplar a unas sandalias altas o dejarlo con unas cangrejeras planas en metálico. También con botitas cowboy en su versión contraste. Aquí. 
  6. El romántico. Con crochet, con bordados, con vivos… el más ibicenco de todos y que funciona muy bien con colores naturales y tejidos ídem. Los cestos, las planas de cuero, los espartos… y sobre todo, un bonito pañuelo de seda en el pelo, serán sus compañeros ideales. Lo tienes aquí.

No se te ocurra: los vestidos blancos son un poco como sus homónimas camisas. Hay que renovarlos porque en cuanto se empiezan a ver sobaditos ya dan penita por la calle. La buena noticia es que algunos de ellos tienen una segunda juventud en la playa.

De blanco a una boda. Salvo que expresamente lo indiquen los novios, nunca vayas de blanco a una boda.

Tenerle miedo al blanco porque hace más pálida / hace más gorda / se notan los defectos / cualquier otra tontería. El tema está en elegir el que mejor te quede a ti. No el que resalte tus defectos. Y eso pasa con el blanco o con cualquier otro color del arcoiris.

Ponerle un bolso del más cerrado invierno. Los bolsos también cambian de temporada. Así que aprovecha para llevar estampados, telas, antes, sargas, rafias… y di siempre NO al plastiquete cutrete. Aparentones forever.

Lo encontrararás en: en cada punto tienes el link correspondiente.

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