Los pantalones de punto han entrado este invierno con todo el poder de un vendaval, abanderados al grito de “somos cómodos”. Y contra eso, poco más hay que decir. Por eso se han instalado en las tiendas y de ahí han pasado a nuestro armario. Momento en el que empiezan a surgir las dudas para no vernos excesivamente chandaleras con ellos. Por eso, aquí van un par de ideas para llevarlos sin perder la compostura y mantener la comodidad.
- Podemos decantarnos por unos culottes de punto (1). Que combinaremos con un jersey gordito (2) dejándolor por fuera y solo un pelín delante por dentro para que haga ese efecto de caída que parece casualidad PERO NO. Abrígate con un plumífero (3) de largo a la cadera o incluso de largo por encima de la rodilla (que no te asuste incluso si eres bajita). En los pies, puedes elegir unas deportivas (4) con calcetines (5) que dejarás que hagan arruguita en la parte del tobillo. O puedes ponerte unos botines tipo cowboy en color negro. O unos tipo calcetín. Pueden tener tacón pero sólo si es cuadrado y de no más de 5 cm.
- O elegir uno largo (6). Con una camiseta básica (7), un cardigan no muy largo (8), unas zapatillas sencillas (9) (o incluso unos mules con calcetines). Y una cazadora de cuadros (10).
No se te ocurra: cuidadín con la ropa interior. Lo cantan todo. TO-DO. Y aunque son lo más cómodo del mundo, no esconden prácticamente nada. Así que evita los colores más claros si quieres que no se te marque la piel de naranja o no quieres que quede el culete en primer plano.
Caer en el peligro de no quitárselos. Que no se conviertan en tus nuevos vaqueros. Son cómodos, pero no son únicos.
Ojo que son de punto, así que vigila que no se ponga pelotilleros.
Podemos llevarlos con algo de tacón siempre y cuando no sea un taconazo. Solo tacones cuadrados en botines informales y no más de 5 cm. de alto.
Lo encontrarás en: en cada punto, su link.