Si tienes la cabeza mareada de tanto pensar en qué añadir a tu zapatero de verano, siempre puedes echar un vistazo a las ideas de este post o tomar nota con las que te propongo en este: con 15 ideas de zapatos perfectos para solucionarte el verano.
- Sandalias al tobillo. Tanto con tacón como planas, con cierre de hebilla o con tiras; las sandalias al tobillo son perfectas para enseñar pie pero llevarlo sujeto y por tanto, ir más cómoda. Además, si las eliges con poco tacón, cuadrado o incluso planas; te servirán para ir arreglada o por más informal. Puedes elegir unas en acabado coco (1), de ante (2), con muy poco tacón y comodísimas (3) o con tiras (5).
- Las planas. Las reinas del verano. Decántate por las acolchadas (5), las de multitiras (6) o destalonadas (7).
- Los mules. No tengas miedo a que se te escapen. Para eso hay que saber elegirlas. Si son tipo pala (8) se escapan menos (aunque hacen efecto chancleteo que puede gustarte o resultarte incómodo) o si son de ante (9), suaves, se adaptan perfectamente y resultan comodísimas.
- Las bailarinas. Vete un paso más allá y búscalas acabadas en punta. Si además son de piel blanda (10) no querrás quitártelas.
- Las de playa. No descuides tu calzado de playa o piscina. Si no quieres las típicas de goma (porque no las mojes, tu playa sea urbana, vayas a una piscina con jardín, etc), las versiones ante son perfectas (11).
- Las alpargatas. Básicos de verano. Hay montones. Desde las más básicas hasta las modernas, tipo sandalia, más o menos altas, planas… ponle un poco de fantasía (12) y arreglarán cualquier look más básico.
- Los por si acasos del mal tiempo. Si vives en un lugar en donde llover en verano no es una excepción, busca unas deportivas de piel(13) o unos botines (14) para que no te pille desprevenida.
- Las de salir. Algo perenne para esos días más especiales o esos eventos sorpresa, nunca está de más. Si además es en ante, con adorno joya y tipo mule, matarás varios pájaros de un tiro. Como estos mules (15) que también hay en versión sandalia.
No se te ocurra: pensar en incomodidad sin haber probado. Un tacón o una falta de tira en el talón no son los factores de incomodidad. Porque una sandalia plana puede ser incomodísima. ¿Por qué? porque lo más importante es el material en que está hecho el zapato. Evita plásticos, suelas sintéticas, materiales duros… y verás como no existe límite para tus pies.
Pensar que con los mules se escapa el pie. Está claro que son menos cómodos que llevar el pie atado (sobre todo si no estás acostumbrada) pero el corte del zapato influye, la altura y de nuevo, el material. Prueba siempre. Cuanto más resbaladiza sea la suela de dentro, más posibilidades tienes de odiarlo.
Flagelarte. Piensa en las necesidades de tus pies y dáselas. Déjate de movidas de tendencias, de lo que se supone que hay que tener y piensa única y exclusivamente en tu día a día, en tu armario y en tu cuerpo.
Lo encontrarás en: en cada punto, su link.