Una de las situaciones más complicadas en la vida, y que siempre (tarde o temprano) hay que pasar, es la de las entrevistas de trabajo. La presión que supone defenderse a uno mismo ante alguien que te escruta de manera despiadada, es inmensa. Da igual que seamos el mejor candidato: con un mal día podremos quedarnos sin el puesto.
Ni que decir tiene que por muy monas que vayamos si no tenemos curriculum o no somos aptas para el trabajo ofertado, no hay nada que hacer. Pero sí es cierto que la imagen importa. Y más en una cultura cada vez más visual. Las cosas bonitas le gustan a todo el mundo. Así que la combinación ideal será: un buen curriculum (en el que tendremos que resaltar y dar valor a nuestros logros, no vale pecar de modesta) y una imagen perfecta acorde a la situación. Elijamos lo que elijamos, siempre lo haremos desde el mismo punto de partida: más que nunca, tiene que ser un reflejo de una misma. Éste no es momento para adoptar papeles de mujeres fatales o ejecutivas agresivas que asesinan a sus jefes. A menos, que efectivamente lo seamos…
Pues bien, sin más preámbulos, veremos cómo sacar partido a nuestro contenido armaril para una entrevista de trabajo de cualquier sector que no implique un trabajo creativo o artístico (moda, prensa, publicidad, diseño, arte, arquitectura, audiovisual, etc.) Trataremos aquellas relacionadas con aspectos técnicos, de gestión, financias, educación, relaciones públicas, ejecutivos, o similares. A los demás, ya les dedicaremos su propio momento.
Lo ideal para una situación de este tipo es aparentar seguridad, tranquilidad y dominio de la situación y de una misma. Como el momento no es que sea el mejor ni el más relajado porque no estamos precisamente en tai-chi vislumbrando las altas cumbres nevadas con su cielo azul al fondo; la ropa será nuestra mejor arma para aparentarlo. Eligiremos por supuesto y sin dudarlo, una camisa blanca entallada. IMPOLUTA. Sin ni una mancha ni una arruga. Remangaremos la manga al codo (es decir, dos vueltas de puño y la subimos un pelín, para simular manga francesa). Si tiene gemelos, luciremos gemelos. Si es verano, podemos optar por una camisa de manga corta, igualmente entallada.
Lo ideal es llevar un pantalón corte sastre. Puede ser negro, gris, de franela. Si queréis innovar un poquito, pues de raya diplomática sutil. Incluso con botones dorados estilo army. Por supuesto, bien planchados y de buena calidad. Por ejemplo, lana fría. Y si optáis por la viscosa, que tenga una buena caída. Lo complementáis con un cinturón mini de color oscuro. También os podéis permitir aquí una licencia eligiendo un cinturón mini de color. Tampoco pasarse: no le pongáis el verde marujita alegría de la fiesta. Ni el leopardo atacador. Con mesura.
El zapato muy sencillo. Puede ser un salón negro con un taconcito de más o menos 3 cms. Tampoco es que haya que ir de plano (porque el tacón estiliza). Si sois bajitas, podéis permitiros hasta 5 cms. Pero no más. Por muy bien que llevéis tacones, se nota demasiado en el modo de caminar.
El pie va enfundadito en un ejecutivo de color negro o negro caladito, sencillo.
Por encima de todo, pondremos un abrigo o un chaquetón. Por ejemplo, en blanco roto o crudo. De atar a la cintura nos da un aire fresco, chic y serio, ante todo.
En cuanto al bolso, no os llevéis ni el XXL ni el baguette Carolina Herrera con su fiesta del logotipo. Elegid un estilo midi o tipo maletín. Me gustan los de piel de cocodrilo de Ralph Lauren Collection. Y no está mal el spy bag del 2005 de Fendi, que parece que vuelve. Si os gusta más lo clásico, siempre es un acierto el Birkin de Hermes.
La segunda opción es la de llevar un traje de chaqueta y pantalón o sastre pantalón. Ideal de color negro, entallado. Si os animáis por el traje, elegid una camisa con raya vertical y doble abotonadura en el cuello para que el cuello se mantenga vertical y no se escurra. Zapato y bolso, en similares condiciones.
Recordad que si hace frío, sobre el traje hay que llevar un abrigo o un trench. Y que durante la entrevista, no os podréis quitar la chaqueta. En el caso de camisa-pantalón, os quitaréis el chaquetón y os entrevistaréis sin él.
Ahora sólo queda que Auro nos hable de qué hacer con nuestro pelo y nuestra cara.
Lo demás es muy sencillo: ser nosotras mismas. Somos estupendas y tenemos un buen curriculum, seguridad, seriedad y simpatía que nos abrirán todas las puertas del mundo. Y las que no se abrán, ¡¡será porque no eran tan interesantes!!
No se te ocurra: Nada de joyas estridentes, ni anillazos ni pulseras tintineantes. De esas que le levanten dolor de cabeza al entrevistador cada vez que nos movamos. Y que se acuerde sólo de ellas y no de nosotros cuando relea el curriculum. Se acuerde para no llamarnos, claro.
Ir entaconada hasta el infinito, ni llevar botas de mosquetero, ni si quiera por debajo de la rodilla. A no ser que os presentéis a un casting de la gata con botas.
Evitar las faldas.
No te muerdas las uñas y te toques el pelo insistentemente. Da sensación de inseguridad o de que estáis mintiendo. Y es una entrevista, no el “Allá tú”.
No se os ocurra ir en vaqueros. Por muy de marquísima que sean. Con los vaqueros y una sesión de colegueo y tuteo ya estáis listas para que os manden a paseo o a otra empresa, porque en ésa no os querrán.
Ojo con la ropa interior… esos pantalons marcan bastante. E ir ofreciendo frontera de braga en muslo, no queda bien. No nos interesa que quien nos entrevista sepa nuestros gustos en materia de underwear. Lo mismo con el tanga: cuidado al sentarse. Y si llevamos camisa blanca, cuidado con el sujetador. Prohibidos los colorines, muñequitos variados y encajes transparentes que insinúan la vida y un poco más.
Llevar ejecutivos de rejilla. La rejilla tuvo su momento de gloria, pero ya está acabada (en todo tipo de panty). Fue bonito miestras duró. Ahora demos la bienvenida a los caladitos.
Llevar los cuellos por encima de la chaqueta sastre. Así, desparramaditos en un revival Los Manolos nainonainonaaaaa. No. Los cuellos en su sitio, bien colocados, plegados y verticales, adornando nuestro cuello. Así que olvidáos de emular a David Civera.
Nada de escotazos. Está claro que hay múltiples de entrevistas de trabajo, y para una gran variedad de puestos. Pero para los que hemos descrito aquí, mirarán entre otras cualidades, las cerebrales. ¡Y creo que no se encuentra en el canalillo! No nos dejemos estereotipar.
Lo encontrarás en: muy buenos sastres en Purificación García. Massimo Dutti siempre tiene básicos a buen precio.
¿Alguna experiencia reciente?
Seguid tan guapas.