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El Ideario: Verde, que te quiero verde

Un vestido monocromo puede tener tantas vidas como nos apetezca. Podremos mutarlo y darle vidas nuevas tanto como deseemos, ya que funcionará como marco del desarrollo de nuestra imaginación. Olga tiene un vestido de color verde que quiere aprovechar para lucir en diferentes tipos de eventos variados.

El vestido es de raso de seda, con tirante ancho, corte en la cintura, y en color verde. Y las opciones, las que siguen:

  • Si no nos apetece llamar mucho la atención y el evento en cuestión es serio y preferimos destacar sólo por nuestra elegancia natural, apostaremos por el tema monocromo pero al 100%. Con accesorios también verdes, tanto los zapatos como la cartera de mano y un cinturón estrecho para darle un punto. Todo en verde.
  • También puede ser que queramos aportarle un punto pero sin pasarnos. Perfecto para situaciones nocturnas, lo combinaremos con dorado. Un cinturón ancho, rígido, en dorado. También la cartera de mano y un gran brazalete. Los zapatos, que tengan algún detalle en dorado, pero que sean de otro color, como el beige por ejemplo, para neutralizar.
  • O que queramos ser el objeto de todas las miradas, sin pasar desapercibidas. Así, lo combinaremos con morado, por ejemplo. O con fucsia, si queremos hablar más alto. El color estará en un fajín, liso, sin pedrería. Un bonito y gran tocado que combine el color protagonista (fucsia o morado) con otro neutro, como el crudo. Y la cartera de mano, de piel blanda, también de color. Los zapatos podrán ser en ese tono neutro crudo del tocado, con tiras en color acompañante.

Fundamental mirarnos en el espejo y sentirnos cómodas. Que la sensación de disfraz suele ir acompañada de arrepentimiento y finalmente, de ridículo. Y eso, no mola. Pero nada.

Seguid tan guapas.

No se te ocurra: si apuestas por el estampado, que sea por ejemplo en un abrigo tres cuartos o una chaqueta de largo a la cintura, escote caja y manga francesa para cubrirte del frío. Pero evita los estampados en carteras de mano y cinturones. En estos casos, claro.
Puede ser que te apetezca decantarte por un gran collar babero. Perfecto. Quedará genial, y cuanto más exagerado, mejor. Pero si lo eliges, olvídate de llevar tocados grandes o pendientes muy visibles. Muy decadente.
Los brazaletes en el bíceps han muerto. Y siempre estarán muertos para las mujeres con brazo muy grueso. Olvídate de ello. Apártalo de tu mente.
Sombreros en bodas por la noche, no jamás.
Combinarlo con negro. Queda bien, que conste. Pero no te quedes en la opción más sencilla.

Lo encontrarás en: el vestido de la derecha es de Mango.

* Que no se me olvide. Todos a tirarle virtualmente de las orejas a mi Pinky, que está de cumple. ¡Felicidades, guapa!

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