Un hilo conductor. De forma que si miras tu armario en conjunto, con todas las prendas ya colgadas en sus perchas, has de percibir cierta armonía cromática, cierta sensación de conjunto. Ese hilo conductor te facilitará que puedas combinar las prendas sin complicaciones. Que no sientas el desasosiego del “no tengo nada que ponerme”.
Remarco que cada armario ha de responder a las necesidades de su dueña. E ir más allá de las denominaciones estándar de fondo de armario o armario cápsula o básicos de armario. Por tanto, lo que vamos a trazar son unas líneas generales de unos cimientos de armario. Los que servirán para construir look recurso (o uniforme pero en bonito), para combinar con caprichos de tendencia, para salvarnos de una tarde de cine y de una cena de amigas. Y que además, serán absolutamente atemporales. Se quedarán años con nosotras. Porque en el listado de prendas guía podemos invertir algo más (si queremos). O comprar marcas algo más especiales (si queremos).
(Las prendas que se presentan a continuación son para un armario básico de primavera-verano)
Camisa blanca de corte holgado
No tiene por qué ser masculino total. Pero si la elegimos poco pegada al cuerpo, nos va a servir tanto para llevar con prendas de cintura alta como para llevarla por fuera de un pantalón. Claro que podemos tener más de una. Pero ya depende de nuestro estilo. Y sobre todo, de no caer en la compra fácil que veíamos en páginas anteriores: compro camisas blancas porque es una compra segura. Una compra recurso. Recuerda también que puedes tenerlas de diferentes cortes y acabados. Pero como estamos hablando de básicos, una lisa, estándar será la esencial.
Camisa azul o de rayas azules
También de corte holgado, es otro de los básicos sencillos. Dependiendo de cómo la combines te salvará un fin de semana en el campo o una reunión de trabajo.
Ojo con las camisetas. Porque se nos va la mano e inundamos el armario de camisetas.
El punto es de los temas más controvertidos. Básicamente, porque es complicado encontrar prendas de este material que no se llenen de bolas al segundo día (sobre todo, las de invierno). El mejor truco, sin duda, es el tacto. Tocar una prenda de punto nos va a dar toda su información, fundamentalmente si van a salirle las dichosas bolitas o no. Mientras educamos este sexto sentido, la mezcla ideal es 80% lana y 20% poliamida (o seda). Y cuidarlas mucho (lavados cortos en agua fría, sin centrifugar, no tenderlas a lo loco, no secadora, ojo con los cinturones del coche o las correas de los bolsos, etc.)
Al punto de verano es más complicado que le salgan bolas. Así que tenemos el terreno más llano. Recomiendo:
Ya hemos visto que no podemos cegarnos con los vaqueros. Sobre todo, porque no recomendable en verano es no abusar de ellos. Es la estación ideal para usar otro tipo de prendas, de las que hay un abanico variado.
Si además, utilizas un color de denominador común (el rosa, el verde, naranja, coral o malva son los tonos estrella de esta temporada) y a partir de ahí, coordinas en tonos complementarios, te resultará más sencillo que todo quede articulado entre sí. Porque te garantizo que si esta selección de prendas la haces de forma muy adecuada y acertada, no echarás en falta nada para vestirte en verano. Sueña con maletas fáciles, con armarios ligeros y con días de estilazo total. Llueva, haga solazo, de día o en las noches más locas.